David Larible, un payaso en serio

Si revisamos los vídeos que circulan por Internet sobre el espectáculo de David Larible, nos llevamos la impresión de un personaje tierno, bonachón, hasta pequeño e inofensivo, con un aire de dulzura en su sonrisa y de conmovedora mirada. Verlo en persona es otra experiencia, es imponente y de mirada penetrante aunque siempre mantiene la frescura de sus ánimos en su look casual y urbano, como si hubiera salido de una escena de adolescentes rockeros motociclistas que van por la noche divirtiéndose sin dañar a nadie.

Tiene 60 años y es su primera visita al país. El Maestro David Larible ya emocionó a miles de espectadores durante sus largas giras por Italia, Suiza, Francia y muchos países de Europa. Su popularidad es tan grande que un tour puede tomarle entre 2 o 3 años de viaje. En Lima se presenta hasta el 31 de julio en el Centro de Convenciones María Angola. Así que tienes oportunidad de verlo en estos días.

Si bien es conocido como el Payaso de los payasos, hubo un tiempo en el que era un niño como todos, inquieto y soñador.

“Los niños del circo juegan al circo. Uno coge el látigo y dice: soy el domador; otro, las pelotas y juega a ser malabarista; yo siempre quería ser el payaso. Sin embargo, no empecé como payaso, Mi papá me decía que ser payaso es llegar al final de un proceso, que antes se debe aprender todo lo posible en el circo y luego confirmar si se tiene el talento para serlo, sobre todo la posibilidad de emocionar al público. Sólo así puedes pensar en dedicarte a esa profesión”.

Su padre no se equivocaba. La familia Larible tenía clara esta cualidad gracias a la tradición circense de la que provenía. Fue así que David Larible creció entre acrobacias y danzas, entre malabares y piezas musicales en el Conservatorio de Música de Verona, entre el humor y la poesía. Todo eso forjó al payaso que llevaba dentro.

“Yo pienso sinceramente que no es el hombre quien escoge al payaso. Es el payaso quien escoge al hombre. Como todos los payasos, el mío es travieso con la particularidad de que no usa el doble sentido ni la vulgaridad”.

Y es cierto, en su show apela al minimalismo del espectáculo, que no está reñido de las risas ni de la diversión. Al finalizar, uno de los trabajadores del Gran Teatro Nacional nos aseguró que era lo mejor que se había presentado en ese escenario. Eso sí, no vayas pensando que asistirás a un evento circense.

“Mi show es totalmente teatral. Es un show escrito y pensado desde lo teatral, no desde el circo. Pero tiene elementos circenses porque vengo del circo. Por eso, hay malabarismo, hay música, hay acrobacia”.

Encontrarás eso y también una buena historia en la que el público interactúa en el escenario junto al Maestro David Larible, parece que hay complicidad pero no es así, las ocurrencias fluyen y se van sucediendo naturalmente. El humor también une a las personas. La música tiene un rol protagónico y el juego de luces también es parte de esta gran show. Vemos desde gags clásicos que nunca pierden su fuerza hasta momentos sorprendentes en los que el corazón se sobrecoge. Para Larible el hecho de que tres generaciones se unan y le miren con una expresión de asombro infinito se convierten en su razón de ser. Eso lo comentó hacia el final de su presentación, ya sin maquillaje, mostrándonos su agradecimiento. En ese momento recordé lo que minutos antes me dijo en camerinos, en una rápida entrevista que concedió.

“Los artistas somos muy frágiles emocionalmente. Es muy fácil herirnos y también hacernos sentir halagados. Sin embargo, las cosas bonitas no se dan cuando te dicen que eres el mejor. Son los detalles de la vida, aquello que ves en los ojos de las personas, que sin decirte algo sabes que son de agradecimiento por lo que estás haciendo. Sólo en ese momento me doy cuenta que lo que hago a lo mejor es importante”.

David Larible se presenta hasta el 31 de julio en Lima y aprovechó para invitarnos a su divertido espectáculo:

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