Sal

Mi primera vez… en Matadero

23.09.2016

Soy un chico que necesita planes para el fin de semana. Yo creo que además de comer y dormir, otra de las necesidades básicas del ser humano es la diversión. Y para eso existen felizmente los fines de semana. Alabado sea el Señor. Este fin el plan es ir a Matadero (dícese de una fiesta electro-pop muy de moda en Lima, no piensen otra cosa). Es mi primera vez, nunca antes lo había hecho. Mis amigos me lo habían propuesto varias veces, pero por mil excusas de la vida no había podido ir, hasta hoy

Las previas

Todo está fríamente calculado. Tengo la ropa lista, los accesorios, el móvil al 100% de batería, hasta el perfume que voy  a usar, todo. Un detalle elemental si te importa mucho verte bien y que nada arruine tu noche es tener ya todo listo. Créeme que en Matadero te dan ganas de verte bien. A la medianoche tomo un taxi, me encuentro con mis amigos y volamos al Centro de Convenciones de Barranco, listos para vivir una noche inolvidable.

 Y, ¿qué tal es Matadero ah?

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Al llegar, casi a la una de la madrugada, siento la curiosidad que uno siente con las cosas nuevas, con las nuevas experiencias. Había escuchado tanto sobre esa fiesta y ahora me siento ansioso pero nervioso a la vez.

Matadero es una fiesta distinta, una fiesta que te transporta literalmente a otro mundo. Un mundo donde no existen las etiquetas, donde puedes ser lo que esa noche quieras ser. Un mundo donde lo “raro” no está mal, y nadie te critica porque todos somos distintos, porque todos podemos convivir. En Matadero puedes ser tú, puedes expresarte, puedes sentir, puedes hacer lo que quieras.

Veo a mucha gente guapa, looks extravagantes, cabellos multicolores y osadas combinaciones que bien podrían desfilar en el próximo LIFWeek. Hay una chica de cabello color lila que tiene una blusa platinada, pero que parece multicolor. La blusa refleja las luces del lugar y parece una disco ball andante. Bailo mucho, muchísimo. Lady Gaga, Britney Spears y Nicki Minaj se apoderan de mi cuerpo esta noche, ¡Me siento genial!

Y la fiesta termina como terminan las buenas fiestas, cuando el sol empieza a aclarar el cielo. Y regreso a casa satisfecho, no tan regio como llegué, pero sí con muchas ganas de repetir la experiencia. Bien dicen que la primera vez nunca se olvida, y no la olvidaré.

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